miércoles, 1 de diciembre de 2010

Movimiento del 68. Para matar no hay justificación

El 2 de octubre del año 1968 se suscitó un movimiento estudiantil pacífico que únicamente buscaba manifestar sus inconformidades y pedir que el gobierno cumpliera las peticiones plasmadas en el pliego petitorio. Este acto nunca lo olvidaremos pues se volvió una parte importante en la historia de nuestro país por ser una terrible masacre sin justificación alguna.

           El gobierno no tuvo tolerancia ante la manifestación; se aproximaban las Olimpiadas en nuestro país y quisieron acabar con el problema de una vez por todas, aunque no fuese de la forma correcta; ¿Por qué actuar violentamente contra una manifestación pacífica?, ¿Por qué no simplemente cumplieron las demandas del pliego petitorio? Si las autoridades querían evitar que las manifestaciones opacaran y lograran la cancelación de los Juegos Olímpicos, lo más conveniente era hacer caso a las peticiones de los estudiantes, obviamente al hacer esto hubieran logrado que los levantamientos terminaran. El gobierno no podía esperar a que cesaran solas las manifestaciones ya que, en este hecho histórico de México, los estudiantes estaban en todo su derecho de expresarse y exigirle al gobierno hasta que los escucharan; ¡el gobierno debe cumplir con las demandas, no debe responder con violencia!

           Es elemental el respeto y la tolerancia para remediar contradicciones y para poder llegar a un acuerdo para bien de todos. El diálogo debió ser la solución a estos problemas, y nada, absolutamente nada, ni siquiera un conflicto de esta magnitud, justifica la muerte de cientos de personas. Siendo un movimiento pacifista (y aunque no lo hubiera sido) no existe excusa para que el gobierno respondiera de tal forma.

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