jueves, 2 de diciembre de 2010

Entre el Cielo y el Infierno. Análisis de la Película "El crimen del Padre Amaro"

La película “El crimen del Padre Amaro” es una clara representación de dos terribles problemas en la actualidad: el aborto y el narcotráfico. ¿Cómo es posible que en estos actos considerados pecado sean partícipes sacerdotes? Sí, aquellos que difunden la palabra de Dios, los mismos que conocen los pecados del pueblo y todavía imponen penitencia. Ellos no tienen “ganado el cielo” sólo por dirigir misas todos los domingos, también deben de seguir las normas al igual que las personas comunes siguen los mandamientos para no ir al infierno. Claro, es preciso mencionar que no todos los sacerdotes hacen caso a las tentaciones, hay algunos que persiguen su vocación y saben enfrentar los retos, pero ¿Cómo diferenciar correctamente a los Sacerdotes buenos de los malos si siempre se ocultan bajo sus largas túnicas y un perfecto disfraz de apóstol?

El hecho de que el aborto y el narcotráfico sucedan en el ámbito religioso es sorprendente. En el filme, los sacerdotes se relacionan con narcotraficantes de altísima categoría en su territorio, esto con el fin de obtener dinero para obras y beneficios de la iglesia, mejor dicho “es dinero malo que se vuelve bueno”.
Otro pecado que aborda la película es el amasiato. El Padre Amaro se enamora de Amelia y, al no protegerse durante el acto sexual, esta queda embarazada y sin otra opción más que el aborto, un acto inhumano y rechazado por la iglesia pues nadie puede privar de la vida, solamente Dios. Además, al no ser completamente legal, los abortos suelen realizarse en lugares clandestinos y con la más baja seguridad, arriesgando la vida de quien se atiende como en el caso de Amelia.


Este largometraje ha demostrado un tema controversial de la actualidad: la iglesia tiene una doble moral. También para los sacerdotes las tentaciones están a la orden del día.

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