jueves, 2 de diciembre de 2010

Análisis del libro Homo Videns


Giovanni Sartori, nacido en Florencia (Italia), es un prestigioso investigador en el campo de las ciencias políticas, razón por la cual comprende las bases sobre las cuales se fundamenta una sociedad democrática, partiendo de la idea de un ser con una necesidad de comunicarse con otros y por lo tanto, de formar parte de una colectividad.
Por consiguiente, el homo sapiens que era un ser racional con una increíble capacidad de recibir, entender y articular un pensamiento crítico acerca de su vida a nivel social, se convierte en un ser “simbólico” donde las palabras son desplazadas por la imagen  a tal grado que el empobrecimiento de esta capacidad cognitiva ralentiza o retrasa la vida democrática de una nación.
De ahí que, el homo videnz es más susceptible a entregar su opinión como individuo a una opinión “colectiva” donde los medios de comunicación son sus principales mediadores y los responsables de informarlo o desinformarlo de el contexto internacional para hablarle solo de su entorno local, lo cual implica que la imagen no es más completa que la palabra solo que esta requiere un grado menor de cuestionamiento por el individuo dejando fuera todo juicio y todo pensamiento que implique abstracción, valiéndose solo de el mundo concreto “ que el video-niño” tiene frente a su ojos aun antes de aprender a leer y escribir.
Además, existe una relación estrecha entre la democracia deficiente de una nación y el nivel político intelectual de cada uno de sus individuos, es decir, para que los representantes de la opinión pública puedan proponer un gobierno de igualdad sería fundamental que cada uno de sus individuos lograra comprender las verdaderas necesidades y problemáticas de las mayorías, sin permitirse influir por los sondeos de opinión ya que no son propiamente adecuados por la misma situación de el nivel político de cada persona.
“El hecho de que la información y la educación política estén en manos de la televisión {…} representa serios problemas para la democracia. En lugar de disfrutar de una democracia directa, el demos está dirigido por los medios de comunicación”[1]
Ahora bien, la televisión es una herramienta que permite sensibilizar al televidente de los fenómenos sociales que ocurren fuera de su entorno local, debido a su sentido de familiaridad e identificación: un sentido humanitario.
Entonces, la televisión permite expandir los horizontes de el individuo pero también los puede reducir a la ignorancia al presentar toda información de manera gráfica, no dejando nada a la abstracción y juicio de el televidente, recibiendo sin mayor objeción sólo la información seleccionada por los medios en un determinado momento sin llevar un seguimiento: hoy Irak, mañana Haití.
 Por lo que, resumiendo, el problema que implica la imagen a diferencia de la palabra es precisamente la pérdida de la capacidad de abstracción e interpretación de la información, lo cual impacta en todos los aspectos de la vida del individuo y por tanto en la colectividad de estos como seres sociales.
La razón o racionalización de las acciones humanas implica un proceso cognoscitivo donde tomamos premisas o intuiciones que, según el método cartesiano implican un proceso que tiene el objetivo de llevar a una verdad absoluta, que en este caso podríamos interpretarlo como una concientización de la condiciones sociales a las cuales es puesto a prueba el principio de “democracia directa”, para así, poder llevar a ella mediante el homo sapiens y no precisamente con el homo videnz, aunque siendo objetivo en este punto… sería algo muy difícil, pero al final algo complejo de no seguir intentando.


[1] Ionescu, 1993, pág 234.

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