jueves, 26 de mayo de 2011

Para leer al Pato Donald


El Libro habla sobre la contra parte de Walt Disney y su mundo mágico, juzgando la forma de ser de los principales personajes Mickey Mouse, Tribilín (Goofy) y el Pato Donald, enfatizando sobre todo en este último; en él han caído ciertos valores personificados en el tío Mc Pato, el tío Rico, y los tres sobrinos. A cada uno de ellos se les ha criticado por su alto impacto en la influencia infantil, por ejemplo al tío Rico se le ve como un avaro, al Pato Donald como un ser perezoso y a los sobrinos como personajes que carecen de afecto familiar quienes, por falta de padres, tienen que vivir con sus tíos. Walt Disney no demuestra en sus obras la comunicación en el hogar, al grado de que en sólo una escena aparece la madre llamándole la atención a su hijo. El papel femenino es opacado por la cantidad de personajes masculinos, siendo en este caso Minnie Mouse y Deisy las únicas representantes.

Según el libro, Disney genera falsedad y puede dirigir la vida de los niños a través de sus personajes (por ejemplo los tres sobrinos) motivo por lo que no debe ser visto como un buen ejemplo para la niñez. Ahora el protagonista se ha vuelto el Pato Donald, y tanto él como todos los integrantes de su clan, son los principales culpables de la mala formación infantil, creando en ocasiones un criterio en los espectadores en el que ven al adulto como el malo. En las historias de Disney jamás se podrá encontrar a un trabajador o un proletariado, debido a que no se muestra a alguien produciendo industrialmente.

Una de las más fuertes críticas a esta asociación es el racismo que expresan al representar al mexicano como flojo, como al típico haragán del sombrero grande. Además se da a notar la discriminación y burla en los momentos en que cambian o realizan ciertas modificaciones a los nombres de culturas. Entre otras cosas que se ven en los capítulos de las caricaturas de Disney es que demuestran cómo la avaricia y el deseo por el dinero son las esenciales mentalidades de los protagonistas; es ya casi normal ver al final del día al pato Donald, a los sobrinos y al tío Rico salvándose de cualquier obstáculo, y que por si fuera poco les da una gran recompensa, no exactamente moral sino material. Aunque Disney intente mostrar el lado bueno de la vida, sólo expresa la hipocresía humana creando que el niño se vea envuelto en situaciones contradictorias donde desee tal vez volverse como el personaje. El autor del libro comenta que la mayoría de los niños, por su poca iniciativa creativa, le entienden perfectamente a todo lo que diga el pato Donald, a pesar de que también se burlen de su vocabulario y fluidez de palabra. Otro tema del que se habla es el de la importancia del trabajo, el cual para algunos es de relevancia y para otros no tanto, al grado de sólo querer encontrar empleo de la forma más fácil sin necesidad de meterse en complicaciones.

En conclusión, el libro me fue muy interesante debido a que me enseñó una realidad diferente de cuando somos niños, ya que durante esa etapa de la vida no era una de nuestras prioridades encontrar el mensaje más allá de lo que representaba la caricatura a simple vista. Este tipo de programas involucran mucha fantasía y significado en cada uno de sus componentes, ya sean psicológicos o hasta físicos. El mundo de Disney, a mi parecer, tiene características agradables, además de que se le reconoce como una gran corporación que ha sabido sobresalir y manejar lo último en tecnología y diseño. Sin embargo, como lo marca el  autor del libro, sus mensajes suelen ser muy negativos, además de que incita a los niños a pensar que pueden llegar a ser como sus personajes.

El libro me hizo reflexionar sobre la influencia de las caricaturas en la infancia, no sólo de Disney sino de otras compañías en existencia; también acerca del cómo pueden manipular a la infancia creando niños ignorantes, tal como lo dice el autor, y la manera en que sencillamente modifican sus ideales.

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